1 – Mentalízate…
Mejor tomátelo con calma desde el principio. Si puedes, intenta
organizarte con unas semanas de antelación y aprovecha los ratitos
libres del día a día para avanzar algunas tareas. Y, cuando lleguen los
días más intensos, trabaja con una buena sesión de música de fondo… ¡y paciencia!
2 – Los (aburridos) trámites
Para organizarnos, nosotros creamos un documento compartido en Google Docs o listas en Keep con
todo lo que hay que hacer en el país de salida y el de llegada, punto
por punto, y nos repartimos y actualizamos las tareas a medida que las
completamos. Estos son algunos de los aspectos que debes tener en
cuenta:
a) Documentos
- Tarjetas varias. Habrá muchas tarjetas que no necesitarás llevarte: del supermercado, de la biblioteca… Júntalas y guárdalas todas en el mismo sitio. Si tienes carné de estudiante vigente, llévatelo, ya que en muchos países te servirá para obtener descuentos.
- Títulos. Si tu mudanza responde a motivos de trabajo, tal vez necesites compulsar o traducir tus títulos. Averigua si los necesitarás y prepáralos con algo de tiempo, ya que si necesitas tramitar gestiones en la universidad puede que tarden.
- Otros documentos importantes. Libro de familia, contratos de alquiler, de servicios (agua, luz, banco, teléfono), información de la Seguridad Social… Muchos documentos no son imprescindibles, pero está bien tenerlos a mano por si los necesitas (por ejemplo, para la siguiente declaración de la Renta). Si un gestor te lleva la contabilidad, coméntale que te vas por si necesita algún documento concreto. Nosotros nos llevamos los más importantes y guardamos los demás en un archivador, que luego dejamos a algún familiar cercano que sepamos que puede trasladarnos la información en caso necesario.
b) Trámites de cancelación
- Tarjetas de crédito y de débito. Una vez en tu país de destino, abrirás una cuenta bancaria y tendrás tus propias tarjetas, así que puede que no utilices las tarjetas colombianas durante mucho tiempo. Revisa qué tarjetas de crédito o débito tienes y, si pagas comisión por ellas, decide cuáles puedes cancelar o ve a tu sucursal y pregunta por modalidades de tarjeta sin comisión. Si quieres seguir usando la tarjeta colombiana para compras en línea, recuerda llevarte la tarjeta de línea abierta para compras seguras que algunos bancos proporcionan.
- Domiciliaciones bancarias. Si las tienes, recuerda cancelar también otras domiciliaciones: los recibos del gimnasio, de suscripción a revistas…
- Agua, luz y teléfono. En cuanto empieces a pensar en la mudanza, consulta en el contrato con cuánto tiempo tienes que dar de baja estos servicios para que no te penalicen (en especial, las compañías de teléfono, que muchas veces tienen permanencia).
- Número de móvil. Si quieres conservar tu número colombiano pero no vas a darle demasiado uso, pásate a una compañía que tenga planes de 0 $ al mes; es decir, sin mínimo de gasto mensual. Entérate, también, de cada cuánto tendrás que usar el número para que no te lo cancelen.
c) Salud
- Salud y seguro médico. Informarte sobre el sistema sanitario en tu país de destino es imprescindible. ¿Tendrás cobertura sanitaria solo cuando empieces a trabajar? ¿Podrás acudir a urgencias sin estar inscrito en ningún centro si lo necesitas? A los pocos días de llegar a Londres tuve que ir de urgencia al dentista para que me recetara antibiótico y me atendieron sin estar inscrita en ningún centro por unos £25, pero en Estados Unidos los costes se hubieran disparado. Si tu estancia es breve, el Carné Joven de algunas comunidades, como el catalán, funciona como seguro para viajes de hasta 90 días.
d) Dinero y día a día
- Efectivo. ¿Necesitas cambiar moneda antes de irte? Si es así, ¿cuánta? Investiga con tiempo si tus tarjetas sirven para pagar y retirar dinero en el extranjero y cuál es el límite diario. Para organizarte, necesitarás pensar en qué gastos sustanciales tendrás los primeros días (hotel, alquiler de un piso, fianza…). Nosotros llevamos poco dinero en efectivo y nos centramos en abrir una cuenta bancaria cuanto antes para transferirnos dinero con Transferwise, que hasta el momento nos parece la mejor herramienta para transferir dinero entre países.
- Enchufes. Si en el país al que te mudas la toma de corriente es distinta, es buena idea comprar uno o dos adaptadores universales para salir del apuro los primeros días (móvil, ordenador…).
- Móvil. No está de más que investigues las compañías de móvil y los distintos planes que se ofrecen en tu país de destino, ya que seguramente querrás comprar una tarjeta nada más llegar para poder llamar a posibles alquileres o conectarte a internet.
3 – Anticípate a los primeros días fuera
b) Trámites
Habrá trámites que podrás dejar para cuando ya estés instalado, pero algunos son más urgentes, así que vale la pena investigarlos antes de viajar para quitártelos de encima nada más llegar. Por ejemplo, abrir una cuenta bancaria, pedir un número de la seguridad social… Si llegas en fin de semana, ¿cuándo podrás hacerlo? Si llegas entre semana, ¿puedes hacerlo todo en un día?c) Conocer a otras personas
Cuando no tienes hogar fijo ni una cuenta en el banco, ponerte a socializar tal vez sea lo último que te apetezca. Pero si sacas un ratito, conocer a otras personas no solo puede ser útil para trabar amistades, sino también para que te aconsejen, te cuenten su experiencia o, ¿quién sabe?, se conviertan en tus nuevos compañeros de piso o de aventuras.Una opción muy útil son los grupos de Facebook de otras personas de tu nacionalidad, por ejemplo, “Españoles en Nueva York”. Allí puedes pedir ayuda y resolver dudas, aunque un consejo: sé agradecido, ya que mucha gente llega a su nuevo destino con exigencias y así rara vez se consigue nada. Mudarse y empezar desde 0 es una lección de humildad continua.
4 – Hora de empaquetar
a) Regala y recicla
Las semanas previas a la mudanza son un buen momento para desprenderte de objetos que ya no utilizas.
Desde ropa hasta utensilios, seguro que hay objetos a los que no has
dado uso en meses, ¡incluso años! Muchos de ellos no podrán viajar
contigo, así que es momento de decidir si quieres dejarlos en una caja
acumulando polvo durante unos cuantos años más… o darles una segunda
vida.
Cómo darle una segunda vida a tus objetos
Un objeto simbólico
Lleva la ropa que no uses a los
contenedores de la ropa y los libros a tiendas de segunda mano o
equipamientos culturales. La electrónica y demás objetos (bombillas,
pilas, cristal…) van al punto limpio o de reciclaje de tu barrio; los
medicamentos caducados, a la farmacia. En muchas localidades, hay un día
asignado para la recogida de muebles viejos, que tienes que dejar en el
portal de casa.
b) ¡A las cajas!
Tan pronto como sepas que vas a mudarte, hazte con un cargamento de cajas de cartón de distintos tamaños para
guardar todos los objetos que no te llevarás. Puedes comprarlas o
pedirlas en las tiendas, en especial a primera hora de la mañana. Un par
de semanas antes de la mudanza, puedes comenzar a llenarlas con lo
menos importante, mientras que lo imprescindible (por ejemplo, los
utensilios de cocina básicos para seguir cocinando, las sábanas, las
toallas) quedará para el último momento. Si almacenas pequeños
electrodomésticos a pilas, recuerda quitarlas y reciclarlas antes.
Reparte bien el peso (por ejemplo, los libros pueden ir en cajas
pequeñas, o compartir caja con objetos muy ligeros). De todos los
objetos, tendrás que separar las pocas cosas que viajarán en la maleta hasta el nuevo destino.
En un lateral de cada caja, pega un
papel grande (si lo metes dentro de una funda de plástico mejor, así no
se borrará) donde escribas el lugar de la casa de donde procede el contenido y el número de caja (ej. COCINA 1/3, BAÑO 1/2, SALÓN 1/1). En cada papel, anota uno a uno los objetos que guardas en la caja.
En el momento puede parecerte estúpido escribir “bol naranja”, “toallas
pequeñas” o “juego de cuchillos”, pero cuando necesites encontrar algo
concreto y tengas que remover las cajas una a una… ¡lo agradecerás!
c) Las maletas
En las maletas que viajarán contigo solo
podrás meter lo imprescindible. En nuestro caso eso se traduce, sobre
todo, en ropa de temporada, unos cuantos pares de zapatos y enseres
varios. Piensa que es muy probable que, nada más llegar al país de
destino, puedas comprar cualquier cosa, así que muchos objetos pueden quedarse en casa porque su peso y espacio en la maleta no compensan.
Un objeto simbólico
A pesar de que tendrás que ser práctico, te recomendamos guardar un hueco para algún objeto que no sea imprescindible, pero sea especial
para ti. El paso de desprenderte de casi todo lo que en algún momento
fue tuyo no es fácil; aunque sepas que no necesitas casi nada, de algún
modo te quedas desnudo de las posesiones más básicas, aquellas que
definían tu día a día. Así que llevarte algún objeto no esencial tiene
un valor simbólico importante: con él te llevas quién eres, un lazo con
el hogar…
En cuanto a la cantidad de maletas,
muchas aerolíneas permiten facturar una maleta gratis (en vuelos de
larga distancia), el equipaje de mano (gratis) y otro número variable de
maletas de pago (volando a Nueva York con American Airlines, por
ejemplo, podemos facturar hasta 10 maletas además del equipaje de mano
gratuito y la maleta gratuita). Teniendo en cuenta que solo tenemos dos
manos, haz tus propios equilibrios y piensa cuántas maletas grandes facturarás, si utilizarás maletas de mano
o mochilas… En la web de la aerolínea encontrarás las medidas y el peso
máximo permitidos. Nosotros facturamos nuestras dos maletas grandes,
robustas, y dos maletas grandes extra, baratas y de calidad dudosa, que
solo usamos para transportar ropa a modo de caja. Como equipaje de mano,
elegimos dos mochilas, que permiten llevar una maleta en cada mano.
Repartir el equipaje entre distintas maletas
Si facturas dos maletas, intenta repartir los contenidos
de manera que, si una de las dos se extraviara, en la otra tuvieras
también lo básico (por ejemplo, nosotros dividimos en dos la ropa de
invierno, la ropa interior, etc). En cuanto a la maleta de mano, siempre
está bien llevar algunos básicos por si por desgracia el equipaje
facturado se extraviara, además de las pertenencias de más valor (como
los dispositivos electrónicos).d) Cajas para enviar (opcional)
El envío de cajas entre algunos países es bastante económico, así que puedes plantearte apartar una o dos cajas con objetos no esenciales pero que te gustaría tener más adelante, y pedirle a alguien que las envíe una vez estés instalado.
Eso es lo que hicimos cuando vivíamos en Escocia (el envío de cajas entre España y el Reino Unido
es bastante económico), pero en Estados Unidos los envíos son tan caros
que resulta mucho más factible pedirle a algún familiar o amigo que, si
nos visita, facture una maleta extra y en ella nos lleve lo necesario.
Consulta los precios en distintas compañías de envíos y toma una
decisión antes de la mudanza.
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